Durante tres meses, 20 participantes de cinco provincias españolas han medido la concentración de gas radón en sus hogares y en sus puestos de trabajo
El proyecto ha servido para concienciar sobre este gas radiactivo y la ciencia ciudadana
Comencemos tratando un concepto que quizás no conocen: el gas radón. Es un gas de origen natural, inodoro y radiactivo, ya que exhala del subsuelo debido a la desintegración del radio y del uranio, que son elementos contenidos en muchas de las rocas que pisamos. En España, debido a su geología tan variada, existen regiones con mayor propensión a la presencia de gas radón que otras. Cuando el gas exhala en las regiones con mayor riesgo, éste puede quedar acumulado en las infraestructuras que encuentre en su camino desde el subsuelo hacia la atmósfera, suponiendo un potencial peligro para la salud de las personas que lo inhalan prolongadamente.
Si pensamos en las infraestructuras en las que más tiempo pasamos a lo largo de nuestra vida seguro que nos vienen a la cabeza dos: nuestros hogares y nuestros puestos de trabajo. Por ello, RadoHOW se ha centrado en analizar las concentraciones reales a las que se exponían los participantes teniendo en cuenta las de ambos espacios.
El gas radón puede provocar problemas para la salud si la exposición al mismo se ha producido durante largos períodos de tiempo. El problema de salud más común del que hablamos es el desarrollo de cáncer de pulmón. Según un informe publicado por el Ministerio de Sanidad, “el radón participa en el 3,8% de todas las muertes por cáncer de pulmón a nivel nacional”. Este mismo informe destaca que la mortalidad “es muy desigual en función de la comunidad autónoma de residencia”. Esto se debe a que las características geológicas, poblacionales y arquitectónicas, que propician una mayor o menor exhalación y acumulación de este gas, son diferentes en cada comunidad autónoma.
El pasado 11 de marzo pusimos fin a meses de trabajo en RadoHOW, un proyecto pionero en la medición simultánea de la concentración de gas radón tanto en el hogar como en el trabajo mediante ciencia ciudadana.
Conocer, divulgar y concienciar sobre el gas radón
La participación en RadoHOW ha llegado a varias comunidades autónomas: Galicia, Cantabria, Aragón, Madrid y Castilla y León.
¿Y en qué consistió esa participación ciudadana? Cada participante recibió varios detectores de gas radón, la mitad los debía colocar en sus casas y la otra mitad en sus puestos de trabajo. Cuando los participantes estaban en sus casas, en horario no laboral, activaban esos detectores, mientras que los del trabajo estaban cerrados y sin medir. Cuando se disponían a desplazarse a sus puestos de trabajo, cada participante debía cerrar los detectores del hogar y activar los del trabajo, para que los primeros dejaran de medir y los segundos empezaran a hacerlo. De la misma forma, debían realizar todo el proceso a la inversa al regresar a casa.
El objetivo era medir la exposición contínua de las personas participantes al gas radón, ya que hasta ahora las mediciones sólo se realizaban en uno de los dos puntos: o en hogares o en puestos de trabajo. De esta manera, conocemos la concentración promedio y podemos empezar a diseñar medidas preventivas adecuadas en los casos en los que sea necesario. El procedimiento de medición de gas radón con los detectores se realizó durante tres meses del pasado año: septiembre, octubre y noviembre.
Crear comunidad generando conocimiento: ¿qué hemos aprendido de RadoHOW?
RadoHOW ha permitido generar conocimiento sobre qué es la ciencia ciudadana y el gas radón. Desde Ibercivis y la Universidad de Cantabria destacamos algunas de las cosas que hemos aprendido de este proyecto:
Hacer comunidad. Hemos reunido a personas con más de 40 años de experiencia en el campo del radón con otras que desconocían todo lo relacionado con el mismo. Este proceso ha permitido intercambiar aprendizajes y crear una comunidad estable, duradera, a la que pueden recurrir y que pretende aumentar en el futuro.
Resolver problemas mediante ciencia ciudadana. Es una oportunidad para involucrar a la comunidad en la comprensión y detección del gas radón. Esto nos ayuda a concienciar sobre sus efectos en la salud y a tomar medidas de protección y mitigación desde la colaboración comunitaria.
Abordar retos de comunicación y divulgación. El trabajo no ha terminado, ahora llega el momento de difundirlo, de contarlo haciendo llegar los resultados y lecciones aprendidas a las personas implicadas en el proyecto pero sin olvidar al público general o con interés en el tema.
Apoyar la legislación vigente. El proyecto quiere ir más allá de la comunidad, dando visibilidad a la legislación que hace obligatoria la medición de este gas en determinados sectores. El mensaje de RadoHOW es claro, apoyando la aplicación de esta legislación y el impacto político, para reforzar las posibles relaciones con las administraciones públicas.
Generar aprendizaje que podría convertirse en publicaciones científicas. No sólo los resultados científicos de este proyecto merecen ser publicados en revistas científicas, sino también del aprendizaje continuo de la comunidad y de las metodologías de ciencia ciudadana empleadas. Como en cualquier investigación, el proyecto va cambiando, aparecen retos con los que no se contaba al diseñar la investigación y éstos se resuelven de manera beneficiosa para todo el proceso. Este aprendizaje también se puede compartir con la comunidad científica a través de una publicación.
Es necesario aumentar la muestra. Los resultados de esta investigación son concluyentes pero no representativos, ya que ha participado una pequeña muestra poblacional de 20 personas, debido a los elevados costes de los detectores distribuidos y de la necesidad de adaptarnos al presupuesto disponible. RadoHOW continuará las mediciones en la medida de lo posible, para aumentar la muestra, realizar un seguimiento de los casos más importantes y permitir así que la estadística sea mucho más sólida y representativa.
Comenzar a trabajar sobre una preocupación creciente. Una de las reflexiones durante el evento final de RadoHOW fue la de la gran importancia que va a adquirir en los próximos años la problemática del gas radón, tanto desde las instituciones públicas como privadas, debido a la reciente creación de una legislación más extensa al respecto. Se trata, por tanto, de una repercusión en las futuras conversaciones de nuestro entorno y de nuestro día a día.
El proyecto ha sido posible gracias al trabajo conjunto de la Fundación Ibercivis y el Grupo Radón LaRUC (Laboratorio de Radioactividad Ambiental) de la Universidad de Cantabria liderado por el catedrático Luis Quindós. RadoHOW es un proyecto de ciencia ciudadana realizado dentro del proyecto europeo RadoNorm (Euratom research and training programme 2019-2020).
Artículo originalmente publicado en el suplemento de ciencia y tecnología de Heraldo de Aragón Tercer Mileno, el 18 de abril de 2024. Un artículo de Alba Peiro, Sergio Ondiviela y Luis Quindós.