La ciencia ciudadana permite generar gran cantidad de información relevante para el estudio de la salud del suelo a escala nacional
Los datos obtenidos están disponibles en abierto para consulta o uso libre
El pasado lunes, 17 de junio, Vigilantes del Suelo celebró su evento final en el que se mostraba el análisis de los resultados obtenidos tras varios meses recibiendo datos a través de la colaboración ciudadana.
La Fundación Ibercivis ha coordinado el proyecto junto con el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), repartiendo 530 kits de Vigilantes del Suelo para medir su salud en todo el territorio nacional. El proyecto ha contado con la participación de cientos de personas, que han analizado 948 puntos y obtenido 316 índices básicos de calidad repartidos por todo el país. La participación ciudadana ha sido, por tanto, fundamental para poder alcanzar todos los objetivos de este proyecto.
Respecto a la distribución geográfica de los análisis del suelo, Vigilantes del Suelo ha recibido muestras de 10 comunidades autónomas y 27 provincias diferentes. Los 316 índices básicos de calidad se reparten de la siguiente forma:
- Comunidad de Madrid: 60
- Galicia: 53
- Andalucía: 52
- Castilla y León: 39
- Comunidad Valenciana: 35
- Aragón: 33
- Extremadura: 21
- Castilla La-Mancha: 13
- La Rioja: 6
- Murcia: 4
Consulta el mapa interactivo con los resultados del proyecto.
Cada índice básico de calidad del suelo es la media de tres análisis de los indicadores de Vigilantes del Suelo. Se trata de 7 indicadores: Cobertura del suelo, Infiltración de agua, Compactación, Lombrices, Diversidad de macrofauna, Materia orgánica y Acidez o Basicidad. Estos permiten caracterizar las tres dimensiones fundamentales del suelo (física, química y biológica) y diagnosticar, de manera básica y cualitativa, su estado de salud.
Gracias a la ciencia ciudadana, nuestro investigador principal, José Manuel Mirás, ha podido inferir relaciones entre estos siete indicadores en diferentes ambientes, como son los bosques, caminos, prados, cultivos y parques, con especial énfasis en estos dos últimos.
¿Qué hemos aprendido? 5 lecciones aprendidas de Vigilantes del Suelo
- El suelo interesa (y mucho). Nos lo ha demostrado la elevada tasa de participación en el proyecto. Los embajadores del proyecto permitieron su difusión y el reparto local de los kits, y nos hicieron llegar el gran interés que existe entre la ciudadanía por Vigilantes del Suelo, y el suelo en general, ya que ha sido un proyecto muy práctico e interesante para ser desarrollarlo en el ámbito educativo o por cualquier científico/a ciudadano/a. El hecho de que los participantes pudieran analizar los suelos de sus cultivos, pueblos o ciudades les motivaba a participar. Podemos afirmar que Vigilantes del Suelo ha acabado creando una gran comunidad, implicada y dispuesta a conservar, proteger y restaurar los suelos.
- Se democratiza el proceso científico: participaron tanto expertos como desconocedores de la ciencia del suelo. Esta diversidad facilitó la interacción y el aprendizaje mutuo, mostrando un interés creciente en la salud del suelo a lo largo del proyecto y las actividades realizadas. Este es uno de los objetivos de la ciencia ciudadana, permitir que la ciudadanía forme parte del proceso científico y juntos podamos tomar decisiones más democráticas. Proceso que también se ha visto beneficiado por la diversidad de participantes. Entre ellos había personas de la comunidad educativa, pero también del mundo de la investigación y de iniciativas de preservación del medio ambiente.
- Tomar una muestra completa requiere bastante tiempo (tiempo que a veces no se tiene). Otra de las impresiones que nos ha llegado es que, aplicando los siete indicadores de Vigilantes del Suelo, se necesita en muchos casos más de una hora. Este hecho ha dificultado su realización por parte de la comunidad educativa, que ha tenido que adaptarse para conseguir tomar las muestras correctamente.
- Es esencial devolver los datos a la ciudadanía. Poner a su disposición los datos en abierto, para su descarga, consulta o uso libre, así como en forma de mapa interactivo de Vigilantes del Suelo, permite que este conocimiento, generado con su propio esfuerzo, no quede limitado al ámbito científico. Actualmente, cualquier persona interesada puede trabajar con estos resultados por la preservación y recuperación de los suelos que le rodean.
- Los suelos españoles son muy variables. Existe una grandesdiversidad de ambientes, y grandes variaciones entre las distintas Comunidades Autónomas. Lo cual ha dificultado comparar determinados resultados del proyecto. Por tanto, para obtener unas conclusiones más determinantes más adelante, deberíamos realizar una investigación que abarque menos diversidad.
¿Qué proponemos? 5 consejos para futuros proyectos de suelos y ciencia ciudadana
- Reducir el número de indicadores. Creemos que sería recomendable limitarlos indicadores entre 3 y 5 para reducir el tiempo de medida. Una posible propuesta es la siguiente: 1) Cobertura del suelo, 2) Diversidad de macrofauna, 3) Acidez o Basicidad y 4) Materia orgánica.
- Diseñar correctamente el proyecto dentro de la app Geonity. Hay que establecer claramente y desde el inicio los campos requeridos que deberán rellenarse durante la subida de una muestra para evitar futuros errores. Asimismo, hay que seguir trabajando en mejorar las coordenadas geográficas de la app.
- Asegurar que los protocolos estén claros. Las guías de protocolos deben ser claras y concisas para que los datos obtenidos sean de mayor calidad. También deben complementarse con explicaciones que sean adecuadas o que se realicen de una forma más divulgativa y entendible.
- Realizar una metodología más específica para cada ambiente. La diversidad de ambientes y de tipos de suelos que hay en España dificulta la aplicación de una metodología única en todos ellos. Una opción podría ser que la metodología contemplara esta variabilidad y permitiera enfocarse en un determinado tipo de ambiente.
- Centrarse en menos tipos de ambientes. Se trata de otra opción complementaria al consejo anterior. Si elaboramos metodologías más específicas con cada ambiente, y nos centramos en un menor número de ellos, podremos obtener resultados más comparables entre sí. Por ejemplo, podríamos estudiar solo suelos de cultivo o de parques urbanos.
Este proyecto ha sido posible gracias a toda la ciudadanía participante en Vigilantes del Suelo y a la labor de sus sus ocho embajadores nacionales (Unitat de Divulgació Científica i Ciència Ciutadana, Universitat Jaume I, Castellón; espacio de Educación Ambiental La Alfranca, Zaragoza; Centro de Educación Ambiental de Dehesa de la Villa, Ayuntamiento de Madrid; Facultad de Educación, Universidad De Burgos; Fundación Descubre, Málaga; Asociación Umbella, A Coruña; Ayuntamiento de Villanueva de la Serena, Badajoz). El proyecto cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.