Saquemos pecho. O mejor aún: pintémonos el pecho de colores fosfortitos y hagamos un mosaico entre todos mientras gritamos bien fuerte que somos muy buenos. Hagamos lo que sea para demostrar que los que vivimos en Aragón y Zaragoza somos muy buenos y estamos orgullosos de estar aquí. Que todo el mundo rasque un poco y descubra que, al revés de lo que ocurren en otras ciudades y en otros territorios, aquí cuanto más sabes más te fascinas.
Somos y seremos uno de los principales focos de desarrollo creativo de la revolución digital que estamos viviendo. Solo falta que mejoremos el diálogo con los que tenemos más cerca y nos coordinemos, que colaboremos y nos apoyemos los unos en los otros. Tenemos al alcance de la mano las mejores personas líderes en cada ámbito de la sociedad de la información, ya están aquí. Lo que mucha gente llama “stakeholders” nosotros lo llamamos “vecinos”. Estoy hablando de personas y grupos que son referencia internacional y líderes emergentes en investigación aplicada, en desarrollo tecnológico, en innovación social, en gobierno abierto, en industrias creativas…. Pero la situación económica nos ahoga incomprensiblemente, nos estamos pegando un tiro en el pie. Y el otro pie nos lo cortamos poco a poco si no hablamos claro y a la cara. Hace falta un apoyo firme, no solo palabras y palmaditas en la espalda, que aproveche el empuje que nos sobra. Entiendo que gran parte de estos fondos dependen de que atraigamos más focos y que demostremos de que somos excelentes. Todo lo que que tenemos lo debemos apuntar inteligentemente a lo que nos asegure un futuro mejor y más sostenible. Conectar cerebros cuesta mucho menos que conectar ladrillos, y tiene muchos más beneficios, que se amplifican con el tiempo. Eso sí, los ladrillos no protestan y no se van a otros sitios si aquí no se les hace caso.
Hace unos meses se encontró la excelente marca “Aragón, territorio conectado” y también Zaragoza es bandera y referencia de las llamadas “ciudades inteligentes”. Estos lemas se refieren en general a las infraestructuras y a las comunicaciones que atesoramos. Cada vez hay más cacharricos recopilando información para que algún día alguien haga un uso espabilado con ellos. Y cada vez es mas fácil vender o colaborar con la otra punta del mundo. Pero no nos olvidemos de que esta evolución nos ha de servir para interconectar las personas que aquí vivimos y amplificar el talento con los valores de nuestra región.