La ciencia ciudadana de ECHO y Vigilantes del Suelo contribuye al cambio de comportamiento respecto al suelo en España y Europa

Por: Alba Peiro

La ciencia ciudadana posee ya una amplia trayectoria en toda Europa como herramienta para abordar problemas medioambientales, mediante la generación de conciencia y el fomento de buenas prácticas, entre otras aplicaciones. En los últimos 15 años, hemos podido ver cómo los proyectos específicamente focalizados en el estudio de suelos han adquirido un papel cada vez más importante, beneficiados por un contexto social más amplio y por su inclusión en las agendas políticas del momento. Un ejemplo fue la instauración del Observatorio Europeo del Suelo (EU Soil Observatory o EUSO), como una plataforma en la que se apoya la mayoría de la información de suelos de la que se dispone hoy en día, y que está directamente ligada a la toma de decisiones políticas y a la generación de una conciencia al respecto. Otro pilar fundamental fue la creación de la Misión Suelo (A Soil Deal for Europe), dentro de las 5 Misiones del Horizonte Europa para el año 2030, cuyo objetivo es proporcionar soluciones concretas a los desafíos que supone la degradación de los suelos en toda Europa.

Más allá de los resultados científicos de Vigilantes del Suelo: la huella que ha dejado en las personas participantes y el profesorado

Estas estrategias europeas suponen el contexto idóneo por el que se han guiado instituciones nacionales, como son la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, para colaborar en el desarrollo de proyectos como Vigilantes del Suelo, coordinado por la Fundación Ibercivis y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA). Este proyecto contó el curso pasado con la participación de más de 2100 personas de toda España en la toma de muestras de suelos para estimar su calidad. Ahora, una vez finalizado, también nos proporciona sus primeros datos sobre la generación de conocimiento respecto al suelo. 

En la encuesta realizada por la coordinación del proyecto, más del 90% de la ciudadanía participante ha estimado que Vigilantes del Suelo ha mejorado en buena o gran medida su entendimiento del suelo y de cuál es su importancia, y está satisfecha o muy satisfecha con el proyecto en general. Asimismo, más del 90% afirma estar satisfecho y haber interiorizado la metodología de toma de muestras, lo cual refuerza su utilidad más allá del proyecto. Desde Ibercivis, seguiremos trabajando para mejorar la interpretación de esas muestras (aproximadamente un 20% indicó un entendimiento bajo de los resultados), para fomentar más medidas para mejorar la salud del suelo. 

Gran parte de las personas participantes en Vigilantes del Suelo formaba parte de la comunidad educativa, mayoritariamente se trataba de profesorado a cargo de grupos de estudiantes que también actuaron como científicos y científicas ciudadanos. Un estudio recientemente publicado por el Área de Didáctica de las Ciencias Experimentales de la Universidad de Burgos, y el Instituto de Acompañamiento de la Universidad de Vitoria-Gasteiz, tiene en cuenta los resultados obtenidos en Vigilantes del Suelo para indagar en cómo mejora la actitud con el medio ambiente del profesorado en prácticas cuando éste participa en proyectos de ciencia ciudadana. Los autores afirman que esta mejora es significativa, y que la ciencia ciudadana puede convertirse en un factor clave en la reinvención y actualización de la Educación Ambiental a todos los niveles, ya que permite a los participantes comprender los problemas ambientales como una cuestión global. A nivel universitario, consideran que la ciencia ciudadana debería integrarse en los planes de estudio para ayudar a abordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, por consiguiente, a iniciativas europeas como la Misión Suelo.

Seguimos estos mismos pasos en ECHO: sus iniciativas nos llevarán aún más lejos en materia de generación de conciencia ciudadana sobre el suelo

Una parte importante de la Misión Suelo busca fomentar la participación ciudadana en actividades relacionadas con la tierra, mediante la concienciación y su integración en los planes de estudio. La ciencia ciudadana, y en concreto las iniciativas de ECHO, son la herramienta idónea para alcanzar ese objetivo. ECHO involucrará, a partir de enero del 2025 y hasta mayo del 2027, un total de 16500 personas, procedentes de todos los países miembros de la UE, en la ciencia del suelo y en la toma de muestras en diferentes puntos biogeográficos. Se trata del único proyecto europeo completamente centrado en ciencia ciudadana de los 45 financiados hoy en día por la Misión Suelo, y todos los datos recogidos serán compatibles con la plataforma del EUSO.

Para asegurar el cambio de comportamiento de la ciudadanía respecto al suelo en Europa antes y después de ECHO, el proyecto ha incorporado recientemente el papel de Embajadores/as en cada país. Estas personas ya han comenzado a organizar las iniciativas de ciencia ciudadana a nivel local, junto con el equipo de ECHO, y permitirán que el kit necesario para la toma de muestras llegue a las diferentes comunidades. Actualmente, los/las Embajadores/as están colaborando en definir el problema para que, con el tiempo, los resultados del proyecto puedan traducirse en acciones reales. Esto es lo que se llama ciencia ciudadana de co-creación

La Fundación Ibercivis ha diseñado los primeros talleres de co-creación para Embajadores/as de ECHO en 9 países: España, Portugal, Italia, Grecia, Alemania, Polonia, Rumanía, Escocia y Finlandia. Estos talleres sirvieron para compartir el material preliminar del proyecto con los participantes, en concreto, el kit y los protocolos de toma de muestras. De esta manera, la evaluación inicial de la viabilidad y facilidad de uso del material de ECHO no queda relegado a un mero proceso interno del proyecto, sino que integramos a los/las Embajadores/as en él desde estadios iniciales. Además, durante los talleres pudieron determinar conjuntamente sus ideas de actividades para el desarrollo de las iniciativas, y qué necesidades tienen, en cuanto a la adquisición de nuevas habilidades o conocimiento sobre los suelos.

Los/as Embajadores/as de ECHO valoraron positivamente el kit y los protocolos de toma de muestras provisionales durante estos talleres. Determinaron que son fáciles de utilizar y que tienen un componente educativo importante, entre otras características. El proyecto estima que más del 20% de la ciudadanía participante en las futuras iniciativas pertenecerá a comunidades educativas, por lo que este material cubriría las necesidades de este colectivo y se adaptaría también a las del público en general. Esto sugiere que ECHO también mejorará la actitud de las comunidades educativas con el medio ambiente, al igual que ocurrió con el proyecto de Vigilantes del Suelo. 

Asimismo, existe un interés creciente por el suelo y la ciencia ciudadana, en general, entre los/as Embajadores/as. Para el óptimo desarrollo de las futuras iniciativas de ECHO, un gran porcentaje de estas personas querría adquirir más conocimiento sobre la salud de los suelos, su resiliencia o las prácticas sostenibles con el mismo. Además, su interés no sólo está enfocado a esos aspectos científicos, sino también a aquellos de ámbito más social y de la comunicación. Mejorar su capacidad de divulgación, así como de motivación de la ciudadanía, son algunas de ellas.

Los/as Embajadores/as colaborarán con el equipo de ECHO en el desarrollo de las iniciativas locales de ciencia ciudadana. Por ello, es importante que estas personas ya hayan tomado un papel activo, co-creando las actividades del proyecto, y que éste abogue por fomentar su interés y apoyar sus necesidades cuando sea posible. Hasta que las iniciativas comiencen, a partir de enero del 2025, el equipo de ECHO ya está llevando a cabo reuniones individuales para el diseño de las iniciativas, así como los primeros talleres centrados en los dos aspectos fundamentales inferidos de la co-creación con los/as Embajadores/as: ciencia del suelo y comunicación. Se espera que estas reuniones y talleres continúen durante el desarrollo de las iniciativas. Sólo así podremos aplicar metodologías de ciencia ciudadana que lleguen a los diferentes puntos de cada país e impliquen un impacto real en la sociedad, asegurando la generación de conciencia y su cambio de comportamiento respecto al suelo.

El proyecto ECHO – Engaging citizens in soil science: the road to healthier soils está financiado por la Unión Europea (GA Nº 101112869) y cofinanciado por la UK Research and Innovation (UKRI).

Alba Peiro es Doctora en Geología y coordinadora de proyectos en la Fundación Ibercivis