Entrevistamos a Alba Peiro, su futura coordinadora, para transmitir los principios y motivaciones de este proyecto centrado en la salud de los suelos europeos
La Fundación Ibercivis desempeñará un papel de peso en ECHO, liderando las tareas relacionadas con la ciencia ciudadana. Con un presupuesto total de 6 millones de euros, ECHO es el mayor proyecto del Horizon Europe en el que participamos
Una entrevista realizada durante la estancia de investigación de Fabiola Vázquez Quiroz
¿Alba, tú eres la coordinadora del proyecto ECHO?
Todavía no, pero ahora mismo tengo un papel importante dentro del mismo, y en un tiempo sí que pasaré a ser coordinadora.
¿Cuáles son los objetivos del proyecto?
Busca la protección y conservación de los suelos europeos, de los cuales entre un 60 y 70% ya se encuentra degradado o está en un estado insalubre. ECHO pretende evitarlo poniendo a trabajar a ciudadanos y científicos de toda Europa en la misma mesa. Los ciudadanos tomarán muestras de suelos, que posteriormente serán analizadas e interpretadas en los laboratorios por científicos del proyecto. Pretende concienciar sobre la importancia de sus componentes, nutrientes, características climáticas, biogeográficas, entre otros, y también de los beneficios de disponer de suelos saludables.
¿Cuál es el desarrollo o las fases del proyecto?
El proyecto empezó el pasado mes de junio, y desde entonces hemos tenido reuniones para organizarnos y poner en marcha el planning preestablecido del proyecto. Las primeras tareas suelen ser organizativas y de comunicación, como formar grupos de trabajo y preparar la página web. Desde Ibercivis ya hemos empezado a recopilar información sobre proyectos similares a éste, para ver sus características, qué problemas encontraron y cómo los resolvieron, y poder así aprender de ellos. Más adelante empezarán otras tareas, como por ejemplo terminar de desarrollar el kit con el que van a tomar las muestras, o captar y motivar a los ciudadanos y otros grupos interesados. Meses más tarde el proyecto se pondrá en marcha y a los ciudadanos se les enviará el material para empezar a recoger muestras. Los resultados del análisis e interpretación de los suelos europeos los iremos incorporando a una plataforma online, con mapas y las características de los sectores estudiados. Se denominará Echorepo y estará disponible para todo el mundo, para los mismos ciudadanos o para otros científicos. Por otra parte, las actividades de co-creación del proyecto junto con la ciudadanía, de divulgación de los resultados del mismo y atender a congresos, serán la otra parte gruesa del proyecto. Es importante dar a conocer qué estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo, por lo que estas actividades se intentarán realizar en todos los países de Europa.
¿Cuáles son las características de este proyecto y cuánto dura?
Es un proyecto europeo coordinado por la universidad de Bolzano, al norte de Italia, lo integramos dieciséis entidades de diferentes países de toda Europa y tendrá una duración de cuatro años. Entre estas entidades hay tanto universidades como centros de investigación, pequeñas y medianas empresas o fundaciones.
¿A qué tipo de población está dirigido el proyecto?
A todo tipo de personas, pero es verdad que al final existen sectores de la ciudadanía que se puedan sentir más atraídos por el proyecto. Son personas que ya tienen un determinado conocimiento sobre suelos, por ejemplo, agricultores, ganaderos, científicos especializados, personas más relacionadas con la ecología o con interés por la naturaleza… En el sector educativo también tiene mucha relevancia, porque estudiantes de todas las edades pueden ir a tomar muestras y aprender de ello con ayuda del profesorado.
¿Ustedes determinan dónde se toman las muestras de suelo o son los ciudadanos de acuerdo con sus necesidades?
Todavía queda por determinar en profundidad, pero en líneas generales lo deciden los socios científicos del proyecto, porque desde Ibercivis nos enfocamos más hacia la parte de ciencia ciudadana. Los elegirán teniendo en cuenta una serie de características climáticas y biogeográficas, y también les harán un seguimiento. Desde las plataformas podrán preguntar sus dudas, y si tienen algún problema con la toma de muestras se les va aconsejar.
¿Cuál es el papel de Ibercivis en este proyecto?
Ibercivis tiene un peso importante en este proyecto ya que, como he comentado antes, llevamos toda la parte de la ciencia ciudadana. Aunque es un proyecto puramente científico, se va a trabajar con toda la población, y ésta va a formar parte del proceso, así que hay que saber comunicarse con ellos para que lo comprendan y colaboren en él. Ibercivis elegirá qué líneas metodológicas de ciencia ciudadana hay que seguir, los aspectos éticos del proyecto, y muchos otros aspectos de comunicación y divulgación científica. Buscaremos siempre cómo motivar a la ciudadanía los cuatros años del proyecto.
¿Van a utilizar herramientas de ciencia ciudadana y comunicación de la ciencia para desarrollar materiales para el proyecto?
Sí, en la línea de la pregunta anterior, implementaremos las diferentes metodologías de ciencia ciudadana, pero también trabajaremos en tareas comunicativas. Cada tarea se realiza siempre junto con otros socios del proyecto, entonces si la tarea es, por ejemplo, desarrollar una plataforma digital en la que los ciudadanos se puedan comunicar con los colaboradores del proyecto, nosotros participamos en la parte de comunicación y de cómo llegar a la ciudadanía, y otros socios desarrollan la plataforma.
Al final del proyecto ¿Se va evaluar el impacto de este proyecto?
Todos los proyectos europeos contemplan una tarea final de evaluación del proyecto, en la que se tienen en cuenta las barreras que se han encontrado y cómo las han solucionado, un análisis de los resultados y el impacto que han tenido. En el caso de ECHO se está valorando ahora cómo se hará, quizá se manden cuestionarios a la ciudadanía, se evalúe la interacción que ha habido con ellos y con la plataforma, la página web y redes sociales…
¿Por qué es importante la ciencia ciudadana en este proyecto?
Porque es el nexo perfecto para poder trabajar eficientemente con la ciudadanía y a la vez hacer buena ciencia. La ciencia ciudadana permite hablar en un lenguaje que todas las personas pueden entender y compartir, y motiva a que quieran seguir colaborando con el proyecto. También permite generar conocimiento en los participantes, sobre aspectos de los cuales no sabían anteriormente, porque tal vez sí que sabían lo que es un suelo pero no habían profundizado en ello, ni se habían planteado su importancia. La ciencia ciudadana permite aunar todo eso.