Los gobiernos de ciudades y entidades territoriales varias se van incorporando a la tendencia del Open Data, una iniciativa global con conexiones en su filosofía y objetivo con la Ciencia Ciudadana. El movimiento de Open Data (Datos Abiertos) es una praxis que pretende que determinados datos figuren de modo accesible para todo el mundo. El objetivo es que datos que históricamente han sido celosamente guardados por empresas o instituciones pasen a dominio público, pues limitar el acceso a los mismos va en contra del bien común, dado que esos datos pertenecen a la sociedad o han sido generados por administraciones públicas que, en último término, responden a un mandato colectivo. Para los que vivimos en Aragón, la comunidad aprobó en julio de 2012 el inicio de la apertura de datos públicos.
La transparencia está muy bien (aunque para ciertas instancias haya que imponerla por ley -por cierto pendiente de aprobación en España-), pero pensemos un poco más en global. Si tiene algún sentido fomentar o impulsar la transparencia en las sociedades modernas es para avanzar en democracia. Frente a como se ha venido ejerciendo el poder por parte de los Estados durante los dos últimos siglos de la Historia, la doctrina del gobierno abierto (que no es nueva), está silenciosa pero firmemente ocupando el terreno de lo público. Dicha doctrina plantea que los gobiernos deben abrirse al escrutinio de la gente, y también generar espacios de encuentro con la comunidad en los que la ciudadanía pueda participar en las decisiones de gobierno y colaborar activamente en la búsqueda de soluciones a los problemas públicos. Tres pilares por tanto de la doctrina política del gobierno abierto: Transparencia, Participación y Colaboración, que actuarían cíclicamente y en beneficio de una sociedad que precisa y a la vez fomenta la formación y la responsabilidad entre la ciudadanía. Ibercivis no puede sino mirar con agrado la extensión del Open Data, y desear que la publicación de los datos sea profunda y real.
Comentario de actualidad: La tendencia ha sido impulsada, aunque no totalmente, sí en buena medida por el desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación… ¿quién puede ponerle puertas al campo? (Pues todavía algunos gobiernos, como China, que acaba de levantar temporalmente la censura sobre Facebook y Twitter). Ahora bien, la Historia también nos enseña que los Estados suelen encontrar modos de seguir controlando a la población de un modo más acorde con los tiempos. ¿Qué podemos pensar hoy mismo sobre el Memorando sobre Transparencia y Gobierno Abierto firmado por Barack Obama en 2009, con el escándalo del masivo espionaje gubernamental denunciado por Snowden?
No es pesimismo, sino una llamada de atención para que el Open Data y el camino hacia el Gobierno Abierto no se quede en moda pasajera y en medallas electorales.