Los proyectos europeos de Ibercivis: SOCIO-BEE

Comenzamos una serie de charlas con los miembros del equipo de Ibercivis que trabajan en los proyectos europeos en los que la fundación está involucrada. A través del testimonio de sus responsables podremos conocer la planificación, actividades, responsabilidades y resultados obtenidos por Ibercivis en estos proyectos, así como la labor de promoción, estudio y despliegue de la ciencia ciudadana en Europa.

Daniel Lisbona trabaja en el proyecto SOCIO-BEE como parte del equipo que desarrolla su fase piloto en España y nos cuenta su experiencia en el testeo de la tecnología del proyecto, la creación de campañas de ciencia ciudadana y el ensamblaje de las comunidades trabajarán en el proyecto monitorizando la calidad de su aire.

Una entrevista realizada durante la estancia de investigación de Fabiola Vázquez Quiroz

¿De qué trata el proyecto SOCIO BEE?

Daniel Lisbona

Es un proyecto europeo que tiene dos objetivos: un objetivo social o ciudadano, que busca el cambio de comportamiento en comunidades a través de la monitorización de la calidad del aire y la realización de campañas de  ciencia ciudadana. El otro objetivo tiene que ver con la tecnológica que el proyecto desarrolla, tanto hardware como software, para facilitar a la ciudadanía esa medición de la calidad del aire de su entorno. 

El proyecto utiliza la metáfora de la colmena de abejas para diseñar y ensamblar comunidades que utilicen la ciencia ciudadana como metodología para alcanzar sus objetivos, donde se cumple con diferentes roles para medir y monitorizar la calidad del aire de sus ciudades. Dentro de esas colmenas se esperan cambios de comportamiento relacionados con sus hábitos de consumo y movilidad de sus integrantes, con el objetivo último de mejorar la calidad del aire y servir de  ejemplo para poder ser replicado por la ciudadanía. 

Actualmente SOCIO-BEE cuenta con tres proyectos piloto encargados de probar tanto la parte técnica como el ensamblaje de comunidades a través de la ciencia ciudadana para efectuar un cambio efectivo del comportamiento de los ciudadanos en relación con la calidad del aire.

¿A qué te refieres cuándo dices que se utilizan metodologías de ciencia ciudadana?

Utilizar metodologías de ciencia ciudadana dota a la ciudadanía de evidencia científica que posibilita ese cambio de comportamiento en su vida diaria. Los y las integrantes de esta colmena  recorren todo el proceso de creación de su comunidad, contribuyendo activamente en su desarrollo, puesta en marcha y su mantenimiento. Sentirse partícipe de esta comunidad facilita el cambio de comportamiento y posibilita la influencia en decisiones -locales, regionales- que promuevan hábitos de vida más saludables, tanto a nivel social como político. 

La ciencia ciudadana es en SOCIO-BEE una metodología que coloca a la ciudadanía en el centro del proyecto, facilitando su presencia activa en todo su desarrollo,  y luego otorgando datos basados en evidencia científica que le permitirán plantear posibles cambios en la manera en la que las municipalidades tratan la contaminación del aire en sus ciudades.  

A la hora de plantear el proyecto en estas ciudades,  ¿se analizaron previamente sus necesidades e intereses de sus comunidad o se llegó con el proyecto esperando que diera respuesta a  problemas prioritarios para ellos?

A la hora de plantear la propuesta se realizó un análisis previo hasta encontrar las ciudades que, por un lado, quisieran mejorar la calidad de su aire y que por otro contarán con cierta experiencia en la creación y mantenimiento de comunidades ciudadanas. En principio este acercamiento “top – down” a las ciudades participantes puede suponer un desafío a la hora de un ensamblaje orgánico de las colmenas, pero son exigencias que se imponen en este tipo de proyectos y en las que estamos trabajando para aportar a las comunidades la mayor autonomía posible. 

¿Cuáles son estas ciudades piloto que participan en el proyecto?

Zaragoza (España), Maroussi (Grecia) y Ancona (Italia) son las tres ciudades en las que se van a desarrollar las dos partes del piloto: la parte de creación de comunidad y el pilotaje de la parte técnica. Los pilotos comprobarán los mecanismos de creación de las colmenas, su tecnología y su aplicación para tratar la problemática de la calidad del aire. 

¿Cuáles son las características de este proyecto?

Es un proyecto Europeo encuadrado dentro del programa Horizonte 2020. Se otorgó en el 2020, se comienza a ejecutar en 2021 y termina el 2024. El consorcio engloba casi una quincena de miembros de varios países europeos,  entre miembros encargados del desarrollo tecnológico que servirá para medir la calidad del aire por parte de los ciudadanos, y miembros encargados de la  generación de comunidad y la aplicación de metodologías de ciencia ciudadana.

En este proyecto, ¿qué instrumentos y metodología implementa ibercivis?

Ibercivis trabaja en la implantación de las metodologías de engagement que posibiliten el ensamblaje de las comunidades alrededor del piloto en la ciudad de Zaragoza, y contribuye a las  de ciencia ciudadana asociadas a las colmenas del piloto. Estas campañas servirán para probar tanto el software como el hardware desarrollado por SOCIO-BEE para que la ciudadanía pueda realizar estas campañas de ciencia ciudadana.

¿Quiénes diseñan estos dispositivos? 

La empresa catalana Bettair, miembro del consorcio de SOCIO-BEE, es la encargada de desarrollar los dispositivos de medición de la calidad del aire. 

¿El proyecto tiene planeado capacitar y formar a las comunidades para aprender a utilizarlo?

Sí, las comunidades participantes  tendrán la posibilidad de conocer cómo funciona el dispositivo y podrán utilizarlo para medir la calidad del aire. Pero más allá de la parte tecnológica del proyecto, lo más importante para mí es la construcción de comunidades y su empoderamiento a través de una tecnología fácil, útil e inclusiva. El fin último de este proyecto la construcción de las comunidades -las colmenas-, su trabajo, motivación, pervivencia en el tiempo para demostrar que su ensamblaje puede replicarse en cualquier parte del mundo, propiciando cambios de comportamiento en  relación con su movilidad e  influir en las políticas de calidad del aire de cada una de estas ciudades en el futuro. 

Toda la estrategia de creación de comunidades se está recogiendo en una metodología innovadora, desarrollada en paralelo a la parte tecnológica, y que va a dar como fruto un toolkit para  la creación de comunidades, consistente en herramientas de comunicación, formación, y capacitación para que, en la fase de pilotaje, cada ciudad cuente con todo lo necesario para crear comunidades alrededor de SOCIO-BEE. 

Dentro de esta estrategia aparecen también procesos de cocreación entre los miembros de las comunidades que les permitirán decidir qué tipo de experimentos de ciencia ciudadana quieren realizar, qué hipótesis científica quieren validar y cómo quieren llevar a cabo la recogida de los datos. El proyecto adquiere en esta fase un enfoque “top-down” que coloca a los usuarios en el centro de la actividad.

¿Cuáles son los objetivos del proyecto en su fase piloto?

Uno de los objetivos del pilotaje es que todo el desarrollo tecnológico elaborado por SOCIO-BEE funcione correctamente. Sí que se van a obtener datos reales de calidad del aire en estas primeras iteraciones, pero no es su objetivo principal. Así, comprobaremos  que todas las piezas que se están diseñando funcionan correctamente, son accesibles y están bien explicadas para las comunidades a las que van dirigidas. La idea es que una vez que el proyecto finalice sus componentes sean replicables y que toda esta documentación, el hardware y el software queden a disposición de la comunidad para replicar el proyecto ensamblado colmenas en ciudades, más allá de estas tres en donde se está haciendo la fase de piloto.  

¿Este proyecto a qué tipo de población está dirigido?

Cada uno de los tres pilotos tiene un público diferente al que dirigirse. En Maroussi está dirigido a usuarios que utilizan el transporte público para desplazarse a su trabajo y puede para medir la calidad del aire mientras se trasladan. Con datos basados en evidencia científica se podrá influir en la planificación de nuevas rutas o proponer nuevas. En Ancona es la población mayor a 65 años, jubilados y retirados principalmente. Y en Zaragoza son niños y jóvenes de 8 a 26 años. 

En la primera iteración de los pilotos las pruebas se realizan con personal de las instituciones que coordinan cada uno de los pilotos (en Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, Fundación Zaragoza Ciudad del Conocimiento y Fundación Ibercivis)

Una vez la tecnología esté bien desarrollada la segunda iteración de los pilotos será realizada por los públicos objetivos en cada una de las ciudades piloto.

¿Cuál sería el papel de Ibercivis en este proyecto?

Ibercivis ha participado desde el principio del proyecto en el paquete de trabajo relacionado con la creación de comunidades y la implantación de metodologías de ciencia ciudadana; ha contribuido al desarrollo de la metáfora de las colmenas y coordinamos la puesta en marcha y desarrollo del piloto en Zaragoza. También tenemos labores de comunicación, desarrollamos la página web del proyecto. Se pondrán en marcha campañas de comunicación, sensibilización, acciones de capacitación a través de workshops y actividades formativas. 

¿Cómo se van a evaluar las  fases del proyecto piloto?

El piloto en su primera iteración tiene lugar de abril a julio 2023. Trabajaremos junto a nuestros compañeros de las instituciones que coordinamos su ejecución y tenemos como objetivo poner la tecnología en marcha, calibrar los dispositivos y para calibrar el propio mecanismo de engagement y de creación de comunidades.

La segunda iteración del piloto tendrá lugar en enero del 2024 y será cuando la ciudadanía  -en el  caso de Zaragoza con alumnos de centros educativos- ponga sus manos en los dispositivos y diseñe las campañas de ciencia ciudadana, y ahí esperamos vislumbrar cambios de comportamiento efectivos. Para evaluar esos cambios utilizaremos entrevistas y formularios, antes, durante y después de  la celebración de las campañas. 

¿Cómo se preparan estos materiales o instrumentos de evaluación?

Se están encargando, como miembros del consorcio, las universidades de DEUSTO en el País Vasco y la VUB belga,  que son los encargados de elaborar los formularios de consentimiento y evaluación, junto a la gestión de las herramientas de monitorización de cambio del comportamiento. 

¿En el criterio de inclusión de los participantes se pide algún nivel académico?

En principio no, pero las iteraciones del proyecto tienen definidos los públicos a los que se dirige. La intención del proyecto es dejar las herramientas que desarrolla listas para que las colmenas dispongan de todos los elementos para que puedan ser replicadas en cualquier lugar, independientemente del nivel académico o socioeconómico de sus participantes. 

Puedes conocer la actividad del proyecto SOCIO-BEE visitando su página web.